Sánchez se va de vacaciones con 21 escaños menos y el PP consolida su mayoría absoluta con Vox
Pedro Sánchez cierra el curso político viendo confirmados sus peores pronósticos. Si las elecciones generales se celebrasen ahora, el Partido Popular sería el más votado, a gran distancia del PSOE. Un 30,4% de los votantes elegiría la papeleta del PP, frente al 24,7% que apostaría por los socialistas, según la última encuesta de Data10 para OKDIARIO. Esto se traduce en que los de Pablo Casado verían crecer su representación en el Congreso en 42 diputados, lograrían 133 y firmarían una holgada mayoría absoluta con Vox (50 escaños y un 15,3% de intención de voto).
La encuesta demuestra que los españoles no se creen ya la maquinaria propagandística de Pedro Sánchez y castigan fuertemente su gestión en las urnas. Toda la campaña de márketing en que Sánchez ha convertido la vacunación contra el Covid no es capaz de hacer olvidar a los electores el resultado de sus decisiones: 4.588.132 casos y 82.006 muertos oficialmente reconocidos (la cifra real supera ampliamente los 100.000). El presidente socialista es víctima del manejo de la crisis sanitaria y económica y también de su propia ambición para mantenerse en La Moncloa, rehén de sus pactos con el separatismo.
Tampoco la profunda remodelación del pasado julio -nuevos ministros ‘de partido’ para intentar reactivar al PSOE y ‘purgas’ significativas como la del gurú Iván Redondo- tiene efectos prácticos. Mientras, el PP rentabiliza su trabajo de oposición y consolida el pulso de cara a unas elecciones generales.
Sánchez pierde 21 escaños
El resultado es dramático para el PSOE. Sánchez se deja 21 escaños en comparación con las elecciones del 10 de noviembre de 2019 y apenas consigue 99. Las sumas no le cuadran al socialista y su séquito de independentistas y proetarras no es ya suficiente para mantenerlo en La Moncloa.
El ‘nuevo’ Podemos, con Ione Belarra al frente, acusa también el enorme descontento entre la izquierda. Su apuesta por políticas radicales, sus enfrentamientos en la coalición y el descafeinado balance de sus ministerios se traduce en una caída de 16 escaños en apenas año y medio, quedándose en 19. Podemos cede espacio a su competidor más directo, Más Madrid, y la formación liderada por Íñigo Errejón gana 5 escaños, hasta los 8.
La tercera fuerza en el Congreso sería Vox, que mantiene más o menos intacta su representación (pierde 2 diputados en relación a 2019), mientras Ciudadanos se ve incapaz de remontar mínimamente. Las últimas encuestas son críticas para el partido de Inés Arrimadas, que perdería nueve escaños y únicamente lograría uno. Es decir, el suyo.
Ciudadanos tendría así los mismos escaños que partidos minoritarios como la CUP, Coalición Canaria, BNG, Teruel Existe o el Partido Regionalista de Cantabria.
Por su parte, los separatistas apenas sacan rédito electoral a los regalos de Sánchez. ERC suma un diputado (hasta los 14) y Junts, otro (hasta los 9). Lo mismo que el PNV, que tendría 7 escaños.
La encuesta de Data10 confirma así, una semana más, el vuelco en el escenario político. Un cambio que se hizo más evidente tras la apabullante victoria de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid y que se ha venido consolidando sondeo tras sondeo.
Sin argumentos y a la desesperada, Sánchez se presenta ahora como ‘víctima’ de una oposición «destructiva», como la calificó la pasada semana en su triunfalista balance del curso político.
El presidente se ha ido de vacaciones con la pandemia de nuevo disparada -especialmente preocupante es el caso de las residencias-, la factura de la luz otra vez en máximos históricos y aún con 3.416.498 de españoles en las colas del paro.
A la vuelta de su veraneo, al socialista le espera un otoño convulso. En manos del separatismo, Sánchez reunirá otra vez la autodenominada ‘mesa de diálogo’ con la Generalitat catalana para explorar nuevas cesiones. La llamada «agenda del reencuentro» suma ya partidas importantes, como los 1.700 millones para la ampliación del aeropuerto de El Prat. Inversiones que no disuaden a los independentistas de su auténtico objetivo: «Amnistía y autodeterminación».
La negociación de los Presupuestos Generales del Estado supondrá otro frente para la coalición. Podemos ya ha avisado que quedan por cumplir prioridades «de primer orden», como derogar la reforma laboral, subir el salario mínimo interprofesional (SMI) y aprobar la nueva Ley de Vivienda con regulación del alquiler. Asuntos que incomodan tremendamente a los socialistas. Y todo, bajo la amenaza de una huelga general.
En los próximos meses, Sánchez también tendrá que afrontar la nueva política fiscal, comprometida con Bruselas, y que supone un ‘hachazo’ histórico para el bolsillo de los españoles.